Con el fín de conseguir los objetivos estratégicos la EACS define 13 líneas generales de actuación que despliegan de forma transversal los mismos. Estas líneas persiguen avanzar hacia modelos edificatorios más sostenibles, dando respuesta a los objetivos estratégicos previamente definidos.
Enlace: EACS – Objetivos Estratégicos y Líneas de Actuación (Archivo pdf 1.39MB)
Como se ha detectado en el diagnóstico de la situación actual, se hace necesario difundir en la sociedad una nueva cultura sobre la sostenibilidad de nuestros edificios. Para ello la ciudadanía debe disponer de información sobre los beneficios económicos, sociales y medioambientales que aporta
este tipo de construcción, creando una tendencia global que ayude en esta transición hacia la circularidad del proceso edificatorio y la implicación de todos los ciudadanos en modelos más sostenibles.
La implantación de los cambios necesarios en el sector de la construcción para la transición hacia una economía circular en el ámbito de la construcción requiere de una formación especializada y continuada de los técnicos proyectistas, así como del resto de agentes que intervienen en el proceso edificatorio. Esta formación deberá abordarse tanto desde el ámbito de las enseñanzas oficiales como a través de cursos y jornadas específicas.
El análisis del ciclo de vida se postula como la mejor metodología para evaluar el grado de sostenibilidad de cualquier producto, incluido todo el proceso edificatorio. La EACS fomentará su uso, apoyándose en los estándares ya existentes, que requieren un análisis compatible con el ACV y ofrecen certificaciones con información válida para los ciudadanos y todos los agentes involucrados en el proceso.
En la fase de diseño el proyectista debe prever y planificar todos los aspectos que van a contribuir a alcanzar los máximos estándares de sostenibilidad, garantizar la máxima durabilidad del edificio y la
circularidad del proceso: soluciones pasivas orientadas a reducir la demanda y el consumo energéticos en fase de uso, toma de decisiones sobre materiales y elementos constructivos que minimicen la huella hídrica y de carbono, sistemas de construcción modular y utilización de elementos constructivos industrializados que faciliten la desconstrucción y desmontaje del edificio de modo que los productos tras su uso puedan ser reutilizados o reciclados, diseño de espacios flexibles previendo la adecuación a usos futuros.
Toda mejora en la sostenibilidad edificatoria, desde la perspectiva del ciclo de vida, pasa por el uso de materiales con una baja huella ambiental durante su fabricación y transporte, una mayor durabilidad y la posibilidad de ser reutilizados o reciclados, así como minimizar el uso de recursos
agotables. Para ello se requiere fomentar el uso de Ecoetiquetas y Declaraciones Ambientales de Productos, y es fundamental disponer de bases de datos actualizados y fiables que incorporen todas
las características medioambientales e impactos de los productos.
Un aspecto básico para conseguir edificios cada vez más sostenibles es incrementar la presencia de energías renovables y mejorar su integración arquitectónica. Las novedades normativas en materia de autoconsumo, las condiciones climáticas de la Región de Murcia y un progresivo abaratamiento de las instalaciones favorecerán su implantación, especialmente en el sector de la energía fotovoltaica. Asimismo, se debe fomentar el uso de instalaciones energéticas de máxima eficiencia.
Se requiere una mejora en la gestión de los residuos originados en el proceso edificatorio, mediante una adecuación de sus procedimientos, haciendo especial hincapié en los referentes a obras pequeñas. Se deberá avanzar en el fin de la condición de residuo para los RCD, lo que estimulará la creación de un banco de materias primas secundarias y favorecerá una simbiosis industrial con otros sectores productivos.
Una de las conclusiones del diagnóstico llevado a cabo en la EACS es que el proceso de construcción ha evolucionado muy poco en las últimas décadas o, al menos, no lo ha hecho como en el caso de otros sectores productivos. Deberá ser, por tanto, objeto de esta estrategia el diseño de acciones
que ayuden a la mejora del proceso constructivo, redundando en una mayor sostenibilidad de este. Aspectos como la industrialización, la disminución y gestión de los residuos generados durante el
proceso de construcción y las oportunidades ofrecidas por nuevas tecnologías como la metodología BIM y la impresión 3D, supondrán un avance hacia modelos de construcción más sostenibles.
Las nuevas tecnologías han aportado herramientas que facilitan la colaboración de los agentes que intervienen en la edificación y que supondrán una gran ayuda para avanzar hacia modelos más
circulares en todos los sectores. La metodología BIM constituye en sí una metodología colaborativa para crear y gestionar los proyectos, que ofrece una mayor información sobre el proceso, favoreciendo la participación de todos agentes necesarios y la toma de decisiones conjunta, lo que redunda en una arquitectura y construcción más sostenibles.
Las administraciones públicas han de jugar un rol protagonista en esta transición hacia la circularidad del proceso edificatorio. Sus actuaciones deben ser innovadoras y ejemplarizantes, y servir de referente y modelo al sector privado. Urge promover esquemas de contratación verde en los que
el precio no sea el principal criterio de decisión para un proyecto o construcción de edificios públicos.
Debe avanzarse en la implantación de la administración electrónica de forma que sea más accesible
a los ciudadanos y se agilicen los procedimientos administrativos. De igual manera, los esquemas
de gobernanza multinivel en los que se da un protagonismo especial al ciudadano, como usuario
relevante de los entornos urbanos, favorecen un modelo de ciudad más amigable y sostenible.
La eficiencia en el uso de los recursos pasa necesariamente por mantenerlos el mayor tiempo posible en sus cadenas de valor. En el caso de los edificios, se hace indispensable alargar su vida útil, manteniendo o mejorando su comportamiento energético. Esto se consigue impulsando el
mantenimiento de los edificios y sus instalaciones a lo largo de su vida útil, el cambio de uso y su rehabilitación al final de esta y ofreciendo una nueva oportunidad a los edificios existentes, mejorando su consumo de recursos como el agua y la energía.
Las figuras de planeamiento urbanístico son determinantes para poder avanzar hacia una ciudad más sostenible. Sin embargo, en ocasiones, suponen una barrera para este modelo de desarrollo, dificultando la implantación edificaciones más sostenibles. Se requiere una mejora de la legislación existente, que establezca criterios para la adaptación del planeamiento existente hacia modelos urbanos más sostenibles, que favorezcan la renaturalización de las ciudades y la aplicación de un
modelo más circular en el proceso edificatorio.
Todo modelo urbano sostenible se basa en el uso eficiente de los recursos naturales. La tendencia actual a renaturalizar las ciudades incluye la sustitución de las infraestructuras grises por otras basadas en la naturaleza. Esta línea de actuación impulsará intervenciones con este tipo de
soluciones en la ciudad existente, contribuyendo a una ciudad menos agresiva y más amable y agradable para el ciudadano.